top of page
Buscar

EL ENOJO QUE RESUELVE...

El enojo es, en esencia, un remanente de energía que está destinado a aumentar nuestros recursos para resolver el problema que nos produce enojo. Sin embargo, al no saber cómo canalizarlo, termina convirtiéndose en un factor que daña aún más la situación a que nos enfrentamos. Por esta razón es de fundamental importancia conocer de qué está hecha esta emoción y aprender a transformar el enojo que destruye en enojo que resuelve.


El enojo surge, de manera general, cuando experimentamos frustración debido a diversos motivos, como contratiempos en la conducción, promesas incumplidas o expectativas no satisfechas en relaciones personales. La raíz común de esta emoción es la frustración, que se presenta en una amplia gama de intensidades y amenazas. Cuando el deseo choca con un obstáculo, se genera una sobrecarga energética, conocida como enojo. Es crucial entender que esta sobrecarga energética tiene como objetivo original asegurar la realización del deseo o satisfacer una necesidad amenazada. Sin embargo, a menudo, debido a la falta de conocimiento sobre cómo gestionar esta energía de manera efectiva, en lugar de contribuir a resolver el problema, el enojo puede convertirse en un obstáculo adicional.


El enojo puede aumentar la fuerza física, pero no contribuye a mejorar la coordinación necesaria para resolver problemas. Por ejemplo, en el caso de un cirujano enfrentando obstáculos durante una operación, la ira puede obstaculizar su capacidad para abordar los desafíos de manera efectiva. Aunque existe la creencia difundida de que el enojo mejora la eficacia, la realidad es que la coordinación y precisión requeridas para tareas complejas prosperan mejor en un estado de relajación y calma.





ree


La frecuencia y la intensidad del enojo varían entre las personas, ocupando un lugar más o menos significativo en la vida de cada individuo. Sin embargo, igual de crucial, o incluso más, es la forma en que reaccionamos al enojo, es decir, si nuestra respuesta tiende a ser destructiva o resolutiva. Por lo tanto, no solo es relevante cuánto nos enojamos, sino, de manera especial, cómo manejamos ese enojo cuando surge.


Enojo, ira y odio comparten la misma base emocional, variando en intensidad. El enojo se asocia con menor intensidad, la ira representa un punto intermedio, y el odio se percibe como la forma más intensa y destructiva. Al comprender que son grados diferentes de la misma emoción y que los límites son difusos, se puede transitar fácilmente de un estado a otro. Al centrarse en la emoción y su proceso de resolución, los nombres pierden importancia.


Sugerencias para manejar el enojo:

  1. Calma tus emociones con respiración profunda.

  2. Cambia el enfoque hacia pensamientos positivos.

  3. Comunica tus sentimientos de manera asertiva.

  4. Tómate un descanso

  5. Libera tensiones con actividad física.

  6. Incorpora prácticas relajantes en tu rutina.

  7. Trabaja hacia resolver el problema.

  8. Considera la ayuda profesional.

Encuentra la estrategia que mejor se adapte a ti mediante la práctica constante.


Terapia Transformadora de Biodescodificación

 
 
 

Comentarios


bottom of page